jueves, 20 de octubre de 2016

El seguro como herramienta de gestión financiera

Una póliza de seguros puede significar una gran diferencia frente a eventualidades
Nadie puede asegurar al 100% que está libre de cualquier eventualidad. Desde una enfermedad, una pérdida de empleo, un choque o un robo, estamos expuestos a diario a muchas situaciones de riesgo y no estamos exentos de que algún momento pasemos por un evento como estos.

Ante cualquier situación de riesgo, nosotros tenemos tres opciones:

  • Prevenir el riesgo: por ejemplo, si no queremos chocar con nuestro auto, procuramos manejar con cuidado, sin exceder los límites de velocidad y manteniendo el vehículo en buenas condiciones mecánicas. Si se trata de evitar un robo en nuestro hogar, instalamos una alarma o ponemos más seguridades en los accesos. Esta prevención puede disminuir la probabilidad de que ocurra un evento, pero no la elimina por completo.
  •  Aceptar el riesgo: evidentemente, podemos ser concientes que el riesgo está presente en nuestro día a día y podemos aceptar que un evento puede ocurrir y simplemente en caso de que pase, nos tocaría afrontarlo económicamente.
  • Trasladar el riesgo: por medio de una póliza de seguro, nosotros podemos transferir nuestro riesgo a un tercero, en este caso una aseguradora, para que, en caso de una eventualidad, sea esta empresa la que cubra los gastos o reparación de ser necesarios.
Esta tercera opción es, en términos financieros, la más acertada, pues al invertir un valor muy pequeño en relación al valor del bien que estamos asegurando, tenemos la cobertura que nos respalda en caso de un siniestro. Por ejemplo, supongamos que en una familia, uno de sus miembros sufre de una enfermedad grave o un accidente. Los costos de una cirugía, tratamiento médico y medicinas pueden ser muy altos, lo cual sin duda alguna puede llegar hasta a comprometer el patrimonio familiar, pues en caso de no tener los recursos para afrontar la atención médica, puede verse en la necesidad de vender algún bien para poder hacerlo. Por poner un ejemplo, una intervención de rutina y sencilla, como una apendicectomía en nuestro país, puede costar unos $4,000. 

Existe un dicho que reza: "es mejor tener un seguro y no usarlo, a necesitarlo y no tenerlo". Debemos hacer conciencia en que los riesgos existen y qué mejor forma de estar prevenidos que contando con una adecuada cobertura.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario